King Abuelmond

David
Cuerpo

Ni por enterado estaba de que King Diamond se presentó ayer en el Palacio de los Deportes para celebrar 30 años de su disco más emblemático: Abigail. Casualmente revisaba los portales de los diarios que frecuento y ahí me topé en la sección de espectáculos con una muy nutrida nota que fue escrita previa al evento. Me dio mucha flojera leerla toda porque parecía un pergamino, supongo, escrita por un fanático del cantante danés. Así que realicé una revisión rápida y en resumen decía que sería un evento maravilloso de terror.

Especulo que la mayoría de quienes leerán esto no sabe ni le interesa saber quién es King Diamond y por qué se supone que provocaría mucho terror. Pues bien, es un hombre de 60 años que podríamos definirlo en ésta época como un anciano que se pinta la cara con maquillaje de pandita y que en lo que va de su carrera como solista, allá por 1986 con Fatal Portrait, cuenta historias de terror musicalizadas al ritmo de hard rock y metal.

Posiblemente le cause terror a quienes crecieron pegados a los canales de Televisa viendo “La Hora Marcada” pero para generaciones no tan longevas lo único que les provocaría sería risa y más con la voz tan aguda con la que canta el señor. Algo que no debe extrañarles pues para aquellos años era una tendencia en vocalistas de metal: Rob Halford, Bruce Dickinson, Geoff Tate, Kai Hansen, Michael Kiske, Ralph Scheepers y otros más.

Conozco su trayectoria y he escuchado sus discos, incluso no voy a decir que me desagrada pero aún si me hubiera enterado desde hace meses que se presentaría en la capital no hubiera desembolsado un peso por verlo. A lo largo de sus trabajos no percibí una evolución significativa en el sonido y disco tras disco lo único que variaba era la historia que contaba. Posiblemente con House Of God y más claro en The Puppet Master fue que intentó algo diferente. Algunas canciones que me gustan: Lurking In The Dark, The Invisible Guests, Burn, Give Me Your Soul y mi favorita The Trees Have Eyes.

Me daría gusto que algún nostálgico viniera a reseñar que tal estuvo el concierto, para saber si valió la pena que Kim Bendix Petersen saliera de su ataúd a desempolvar sus cuerdas vocales y deleitar los oídos de sus nietos con sus macabras historias de teatro guiñol o debió permanecer algunos metros bajo tierra después de sacar su último trabajo, Give Me Your Soul…Please, en el 2007.