¿Por qué ganó hoy México?

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¿Por qué ganó hoy México? No creo que nadie lo sepa con claridad, resulta difícil decir que los antecedentes nos iban revelando la explosividad que podían ofrecer sus jugadores porque no era así. El equipo mexicano no mostraba un estilo, una idea lógica ni mucho menos una alineación base en el proceso del señor Osorio.

¿Por qué ganó hoy México? Ninguna mesa de análisis que haya dado seguimiento puntual a esta selección tiene siquiera un indicio que pueda responder a esa pregunta. Una lluvia de supuestos ni siquiera nos acerca un poco para encontrarla. ¿Fue el equipo alemán el que se confió al pensar que se toparían con el México de la Copa Confederaciones del año pasado, al que aplastaron con facilidad por marcador de cuatro tantos contra uno? El dinamismo y profundidad que mostró hoy nuestro combinado sorprendió a propios y extraños, una faceta que no había mostrado, que se lo tenían bien guardado.

¿Qué habrán sentido los alemanes cuando se vieron vulnerados por un huracán de color verde? Unos jugadores que exigieron los músculos de sus piernas a niveles impensables, que a base de latigazos orquestaban contragolpes furibundos, exhibiendo las carencias de la defensa teutona que se mostró lenta e inoperante, por lo menos, durante los primeros 45 minutos del juego.

Ver dibujadas la desesperación, frustración y coraje de los germanos en su rostro fue inusual, incluso reclamando decisiones arbitrales y, por momentos, molestándose entre compañeros es algo que pocas veces se podrá repetir; pues sólo sucede cuando se enfrentan a rivales que les incomodan.

¿Por qué ganó hoy México? No lo sé, en este momento a nadie le importa. Todo es festejo, júbilo y un cúmulo de sentimientos compartidos entre la población aficionada al fútbol. Un logro muy válido de celebrar cuando la invasión extranjera en la liga local merma la salida de nuevos talentos, donde el nivel de crecimiento se ve reducido por la inactividad en competencias internacionales en el continente a nivel de clubes y con el negro panorama que se vislumbra al abolir el descenso durante dos años.

Pero… ¿Por qué ganó hoy México? Porque tuvo corazón, hambre de triunfo, inspiración por querer trascender y borrar el lapidario pasado de jugar como nunca y perder como siempre. Pero sobre todo, para enseñarle al mundo que el fútbol es un deporte de hombres y no de nombres.